En cualquier caso, daremos pautas generales destinadas a evitar futuros problemas de conducta, que de persistir o empeorar, o ante cualquier duda, siempre es aconsejable contactar con un profesional.

Antes, debemos comprender de dónde viene esta raza. Como seguramente sabrás, el border collie ayuda al pastor a controlar y vigilar el rebaño desde tiempos inmemorables. Esta tarea aparentemente sencilla, requiere:
 

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-Una gran capacidad de trabajo: teniendo que estar preparado

para aguantar largas jornadas de más 10 horas.

-Lo cual requerirá una gran demanda de energía. Instinto de pastoreo,

parece evidente, pero poseen una gran sensibilidad al movimiento

(llevar un rebaño de 300 ovejas no es fácil y requiere de gran concentración).

 

-Oído muy fino: ya que tiene que escuchar las instrucciones del pastor a

gran distancia, con el cual tiene que coordinarse a la perfección.

 

 

Todas estas características, unidas a su gran inteligencia, lo convierten en un perro perfecto para este trabajo, en el tranquilo ambiente rural. Ahora bien, nuestro querido cachorro vive en la ciudad y las necesidades y el comportamiento que esperan de él son totalmente diferentes.

 

Una vez conscientes de todo esto, podemos comenzar. En primer lugar, es importante socializarlo con todo tipo de personas, perros y situaciones.
Es necesario, que se acostumbre a hombres, mujeres, niños, ancianos...
Puedo llevármelo a un cumpleaños donde habrá niños, o incluso mejor, a una fiesta de disfraces donde pueda ver a gente vestida de forma muy diferente.

Si no tenemos estas posibilidades, podemos crearlas nosotros mismos: invitar amigos a una cena en casa con la condición de que vengan disfrazados, por ejemplo.
Lo más importante de todo es que sea una situación agradable para el cachorro y de forma progresiva. Así, el primer día que llegue a casa no es un buen momento para invitar a todo el mundo, el acercamiento de un grupo de niños tiene que ser tranquilo, y en ningún momento se debe agobiar al cachorro.
Somos nosotros quienes debemos controlar la situación, y que

siempre tenga la oportunidad de irse o de no querer acercarse, y estos encuentros no deben prolongarse, mejor ratos cortos y repetidos, para no fatigarlo. Observando su lenguaje y comportamiento sabremos qué es lo que necesita.
En caso de mostrarse tímido o asustadizo todo tendrá que ser mucho más progresivo y es especialmente importante que se sienta cómodo, con el fin de evitar malas experiencias.
 

Respecto a los perros es lo mismo, procurando que se relacione con congéneres cuyo comportamiento pueda imitar (perros buenos y pacientes), pues los tendrá como referentes. Si algúna relacción o reacción no te gusta, o si notas que tu cachorro esta incomodo o le hacen daño, no lo ignores, llama a tu cachorro y llevatelo de esa situación. 
En cuanto a las experiencias nuevas, supone habituarlo a cuantos más estímulos mejor, siempre de una forma progresiva, respetuosa con sus emociones y agradable para él.
Debido a su fino oído, si no son socializados correctamente con los ruidos pueden desarrollar miedos e incluso fobias (quien no conoce a un border collie u otro perro con miedo a los petardos, algunos llegándolo a pasar realmente mal hasta el punto de tener que ser medicados).
Muchas veces esta clase de sonidos les hace daño, en cuyo caso no debemos exponerles nunca de forma directa a los

mismos, ya que aunque esté habituado y no sienta miedo, el dolor o molestia seguirá ahí.
Existen varias maneras de socializar con sonidos: podemos hacer cosas divertidas mientras se oye el sonido, las primeras

veces este debe estar atenuado, para no asustarlos y progresivamente ir aumentándolo.
Por ejemplo, los primeros días en casa, antes de pasar el aspirador, dejo que se acerque a él y lo huela, después puedo

encenderlo cuando el cachorro esté un poco apartado, mientras tiro unos cuantos premios al suelo u otra persona de la familia juega con él; al final de tanto oírlo, se acostumbrará (hasta el punto de no querer levantarse si está durmiendo, y tú tienes que aspirar justo donde está).

 

Por supuesto, la socialización no se limita en casa, llévatelo a visitar a los familiares, a comprar, al parque, a tomar unas cervezas. ¡Que conozca mundo! Siempre teniendo en cuenta las pautas anteriores.

Igual de importante que se socialice con el exterior, es que sepa quedarse tranquilo en casa solo. Para ello necesita un sitio donde sentirse cómodo, pueda descansar, y proporcionarle algo que hacer: existen juguetes que se pueden rellenar de comida, que bien utilizados son una maravilla y los mantiene entretenido, también podemos esconderle algo de comida por la habitación para que así use el olfato.
¿Cómo empezar a dejarlo solo? Por breves periodos de tiempo, al principio, en los cuales previamente haya dado un paseo, así habrá hecho sus necesidades, estará cansado; y si además, le dejamos un juguete relleno de comida, tendrá algo que hacer, y posiblemente tras comérselo se quedará dormido hasta que volvamos. También es importante, no despedirse ni saludar efusivamente, ya que le haremos menos llevadera la estancia en solitario (le estamos enseñando que después de una sesión de mimos nos vamos y cuando llegamos le reforzamos el

estado de excitación que experimenta).
 

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En toda esta etapa, la educación mediante la obediencia básica es imprescindible para manten un control mínimo y necesario pues un perro adulto bien educado, podrá acompañarnos a muchos sitios.

Además, si empieza a mostrar indicios de perseguir todo lo que se mueve tendré que poner remedio inmediatamente, pues puede derivar en un comportamiento mucho más peligroso: perros que persiguen coches, personas que corren o niños patinando, con el peligro que supone para ellos mismos y los demás.

Tendremos que cortar este comportamiento, logrando que el cachorro nos preste atención a nosotros y evitando que logre perseguir ese estímulo: por ejemplo, voy paseando por el parque y sale corriendo detrás de una bici unos metros, lo llamó, cuando me mira salgo corriendo en otra dirección (para que me siga), y cuando viene le doy un premio y juego con él.
En sucesivas veces, estaremos más atentos, lo llamaremos antes de que pase la bici cerca, y jugamos con él o practicamos obediencia, si hace falta nos alejaremos en un principio del carril bici a una distancia en la que mi perro le sea más fácil prestarme atención (iremos acortando la distancia progresivamente), llegando un momento en el que no reaccione a dichos estímulos, pues se ha acostumbrado a ellos.
Una buena socialización hacia estos estímulos y la obediencia básica nos ayudarán mucho a evitar estos problemas.
Pero ante cualquier "problema" ANTICIPACIÓN y ALTERNATIVAS.

Las necesidades energéticas, de una raza acostumbrada a trabajar de sol a sol, son bastante altas. Un border collie para estar sano necesita mantener su mente activa y ocupada, sentirse útiles. Ya sea, simplemente salir a correr, practicar algún deporte, juegos de olfato, o enseñarle trucos, debemos saber estimular su mente. No se conforman con salir al parque a jugar mientras nosotros estamos hablando con otros propietarios, necesitan que interactuemos con ellos durante el paseo y realizar una actividad que les satisfaga.
Si no al final, serán ellos los que busquen maneras de quemar ese exceso de energía y liberar ese aburrimiento y frustración que sienten, ya sea destrozándonos la casa, persiguiendo coches u otras conductas no deseables. 

 

Todo esto no quiere decir que siempre tengan que estar trabajando, si no que existen momentos para todo.

Igual de importante es el descanso y que pueda tener tiempo para ser perro, ese momento del día donde poder oler tranquilamente , pasear de manera relajada, o relacionarse con sus congéneres.
Si no somos capaces de que nuestro perro desconecte y disfrute de esas pequeñas cosas, puede desarrollar obsesión por el trabajo.

Por eso desde el principio somos nosotros los que debemos controlar, cuando empieza y acaba el trabajo y es momento de descansar, así aprenderá que cada cosa tiene su momento.

En todo este proceso, nuestro cachorro ha aprendido a confiar en nosotros y se ha establecido un vínculo, una relación de respeto mutuo que se fortalecerá con los años.

Pues hemos sido nosotros, los que al fin y al cabo, hemos sabido guiarlo durante su desarrollo, satisfacemos todas sus necesidades y siempre hemos estado ahí, a su lado.

Nuestro pequeño cachorro ha crecido, y es un adulto sano, equilibrado y feliz, porque hemos aprendido a entendernos.

Escrito por Eva Cendrero (Educadora canina y estudiante de veterinaria) para La Guía del Border Collie.